-
Lo mejor del fútbol es que puedes jugarlo casi donde sea. Sólo necesitas tus
pies y algo para patear: un bote, una piedra, una taparrosca. Da lo mismo-
decía con singular entusiasmo Leonardo.
-
Sí cabrón ¡Pero tú ni juegas!- Contestó Edmundo (“Mundo”) con burla- Juega más
mi hermana que tú.
Ese hecho era cierto. Brenda, la
hermana de Mundo era excelente futbolista. Edmundo y su padre siempre elogiaban
sus jugadas y movimientos cuando echaban retitas
en el patio de su casa. De vez en cuando, los domingos en las mañanas, iban a
jugar a la unidad deportiva del pueblo, cercana a su casa. El talento de la
joven, sin embargo, sólo era conocido en su hogar. Nunca se había presentado la
oportunidad de que alguno de sus tíos (a los que les encantaba el fut) o tías
la viera en acción.
*SEÑOR DEL ALTAVOZ: Cambio de narrador.
Sale omnisciente, entra Brenda en primera persona.*
Es cierto. No se ha presentado la
ocasión de jugar frente a mis tíos. Son unos machistas a más no poder. Además,
le van al América. Por mí no habría
problema, pero reto a cualquier aficionado de los Pumas (como yo) a pasar más de media hora hablando con 5
americanistas. Apuesto a que no tardarán en decir “¡pinches gatitos!”. Por eso
mejor me retiro cuando hay reuniones en mi casa o hay fiesta familiar. Me voy a
otro lado cuando se ponen a platicar mis tíos, mi hermano Mundo y mi papá.
Tampoco voy con mis tías ni las
demás señoras, se la pasan hablando o de telenovelas o de chismes que oyen en
el mercado. Si mi mamá me habla o me pide que la ayude con algo, pues voy; pero
sólo lo hago y ya. Prefiero pasar el tiempo con mi prima Julia, va en la misma
prepa que yo pero dos semestres atrás; me habla todo el tiempo de los tipos que
le gustan. Aunque no es lo que más me interesa, me entretengo mucho escuchando
sus anécdotas.
Ya dije que le voy a los Pumas, pero lo cierto es que casi no veo
fútbol en la tele. Ni mexicano, ni español o inglés, tampoco La Champions. No lo veo porque casi
siempre tengo otras cosas qué hacer, pero sobre todo, porque siempre he pensado
que es mejor jugar que ver. Es más sano, y para mí, más divertido. Nunca he
jugado en un equipo porque las chavas de aquí son muy cerradas (“¡Ay, no! Ése
es juego para hombres” dicen). Por eso tampoco se ha lanzado una convocatoria
de algún torneo femenil.
*SEÑOR DEL ALTAVOZ: La banca anuncia cambio.
Sale Brenda, entra otra vez el narrador omnisciente.*
-
Wey ¡Qué pedo! ¿Sí vamos a armar equipo de baby?- preguntó Leonardo emocionado.
-
Ah chingá ¿Para qué o qué? ¿Hay torneo?- Edmundo estaba perdido.
-
¿No has visto la convocatoria?- Leo señaló una hoja pegada en la pared del
pórtico de su escuela:
LA LIGA MUNICIPAL DE
BABYFUT
C O N V O C A
A todos los
interesados en participar en el próximo torneo juvenil a celebrarse entre los
meses de mayo y septiembre del presente año para que formen sus equipos de por
lo menos 7 integrantes.
Los registrados
deberán tener una edad de entre 15 y 30 años.
La junta oficial e inscripciones
se realizarán el día 10 de mayo de 2014 a las 16:00 hrs. en Av. Hidalgo No. 128
de esta población.
El cargo por inscripción
de equipo será de $ 300. En la reunión se hablará de los premios, costos de
arbitraje y plazos de pago.
ATTE.
Regiduría de Cultura y
Deporte de este municipio
Edmundo se puso a buscar a sus
amigos. Leonardo tendría que estar en el equipo (ni jugaba, pero era él quien
había avisado, ya qué), aunque seguro estaría la mayor parte del tiempo en la
banca.
Faltaba un día para la junta. Ya estaban
los 7 integrantes del requisito pero querían tener a más gente por si alguien
se lesionaba. Nadie confiaba en las capacidades de Leo.
Por la tarde, Mundo fue a ver a los
gemelos Contreras. Ese par solía ser bueno para el baby, pero eran muy fresas y por eso casi no los invitaban:
tenis limpiecitos de marca cara, jerseys
originales de equipos extranjeros, siempre cooperaban para el arbitraje con
billetes de a $ 200 y nunca les faltaba su bebida rehidratante embotellada
sabor lima-limón.
Los Contreras aceptaron gustosos
formar parte del equipo. Mundo quedó contento. Su registro se realizaría sin
contratiempos pues también consiguió el dinero para la inscripción de manos de
todos los miembros.
El sábado 10 de mayo, media hora
antes de la junta, Leonardo llegó corriendo a casa de Edmundo.
-
¡No chingues! Los Contreras me avisaron que ya no van a entrar con nosotros. Que
porque su jefa se los prohibió porque uno de ellos se fracturó el tobillo el
año pasado. Sí son delicados pero yo creo que alguien más los jaló para otro
equipo. Mamones ésos ¿Y ahora cómo le hacemos?
-
No hay bronca. De todos modos ya estábamos compl…- Mundo no acababa de hablar cuando
de pronto sonó su teléfono celular. Un WhatsApp:
MUNDO, KARNAL. ME VAS
A DISKULPAR PRO NO PUEDO JUGAR CON UDS. VINO MI TÍO DE LOS ANGELES Y ME VA
LLEVR AL GAVACHO. NO SE CUANDO REGRESE. PRDON.
-
¡No mames! Ora sí nos fregamos. El Meño tampoco puede- Edmundo estaba irritado-
Falta menos de media hora y nos falta un jugador.
-
Uta ¿y ahora?
-
Dice mamá que si no vas a comer antes de que te vayas- Brenda apareció en la
puerta.
-
¿Quieres jugar en el baby con nosotros?-
preguntó Leonardo, no sabía ni por qué se le había ocurrido.
-
¡¿Estás pendejo?! ¡Cómo va a jugar una mujer con nosotros! Se van a reír- Mundo
explotó.
-
Siempre estás chingue y chingue con que tu carnala juega mejor que yo. Además,
en la convocatoria no se especifica que sea liga varonil. Deja que conteste,
wey.- Leo se había convencido a sí mismo.
-
Pues no sé. Creo que sí- A Brenda la invitación le pareció sorpresiva, pero no
dejaba de atraerla. Era buena idea desafiar estereotipos.
-
Pinche Brenda, donde empiecen de perros los de la liga, busco la manera de
sacarte del equipo y meter a alguien más- Mundo no cabía del coraje pero
parecía ser su única salida.
-
Sí, hombre- su hermana le dio el avión, volteó y lanzó una sonrisita para Leo.
En la junta, cuando se conoció la
alineación del equipo de Mundo y Leo (Los
Molcajetes), todos se soltaron a reír. No podían creer que una mujer
estuviera dispuesta a jugar entre todos ellos. Nadie creía tampoco que ellos
hubieran aceptado.
Edmundo se irritó a lo bárbaro. Discutía
fuerte con Leonardo y éste le recordaba que había dicho que buscaría sustituir
a su hermana si se presentaban inconvenientes.
Mundo se controló. Dejaría que la
liga comenzara su curso.
En el primer partido, Brenda llegó
puntual, incluso antes que su hermano. Leonardo ya estaba ahí, había observado
el partido que estaba por terminar para dar paso a su juego. Los dos equipos estuvieron
listos: Molcajetes VS Niupi. El árbitro silbó y arrancó el
juego.
El control de balón de Brenda era increíble.
Sus jugadas y gambetas dejaban parados a los jugadores de Niupi. Uno de ellos intentó barrerse
con un juego sucio evidente pero
Brenda se quitaba los golpes de manera impresionante.
Tiro raso y gol al ángulo de la
joven entusiasta. El público que veía se burlaba de Niupi con chiflidos y varios “híjole mano ¿no que no?”. Molcajetes ganó ese partido con marcador
de 8-3. Cinco anotaciones estuvieron a cargo de Brenda y tres fueron de
Edmundo.
Conforme pasaban los encuentros,
Brenda se iba ganando el cariño del público. Era un espectáculo ver sus
jugadas. “Los maravilla” llamaban a los hermanos futboleros, Edmundo se
entendía muy bien en la cancha con ella. Todas las cascaritas que habían jugado en su patio y en la unidad deportiva
rendían frutos.
Molcajetes llegó a ser campeón del torneo.
Brenda fue segundo lugar en la tabla de goleo, Leonardo el amante callado de la
joven futbolista y el público ahora apoyaba la idea de impulsar a que sus hijas
jugaran y se formara una liga femenil.
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