jueves, 3 de abril de 2014

PARCHE (Parte 2)

Viernes había clase en El Poli pero no importaba, seguro el viejo teto de voz pasiva y aburrida que impartía clases de cálculo integral no notaría la ausencia de Daniel. Esa noche él, Guillermo y Gloria no durmieron.

Dani estuvo pegado a su laptop. En ocasiones pedía a los otros dos que lo ayudaran con cosas simples, cosas que cualquiera podía hacer (copiar un código del libro de programación al blog de notas, por ejemplo), Memo tenía una computadora de escritorio algo vieja pero funcional.

Para las 8:13 a.m. del viernes Daniel había terminado. Su conexión a internet y habilidosas maniobras para cambiar su IP habían permitido acceder a la base de datos del CISEN y la SSF, entrando y modificando las bases de datos. Ajustó al robot para actuar casi como todos los demás, sólo que daría preferencia a la seguridad de Guillermo y Gloria: los defendería de cualquier amenaza, aunque se tratara de otro agente de fierro.

Los datos fueron transferidos por el cable y el agente fue encendido. Gloria y Memo pusieron cinta de aislar en las partes dañadas. Lo llevaron con Chucho, su amigo del taller mecánico automotriz para que arreglara la pintura y sustituyera el cristal roto. Tras el mediodía, parecía no haber sucedido nada.

-¡Quedó bien chingón!- dijo un sorprendido Guillermo al ver el resultado final.

-Ahora vamos a probarlo. Vamos con Alejandra, la pendeja ésa que nos delató en la escuela, la que le dijo a la directora Carmen que yo había rayado en el baño su nombre. Que la haga de pedo frente a esta cosa para que le parta su madre- propuso Gloria con pupilas dilatadas por las ansias de ver sangre.

Los tres fueron en dirección de la escuela. El robot aguardó en la acera, frente al pórtico escolar. Una joven robusta (Alejandra) tomó por los hombros a Gloria, agitándola con evidente adrenalina. Guillermo observaba cómo su novia, a pesar de ello, mantenía una sonrisa placentera en su rostro. El agente de metal cruzó la calle con paso firme.

Algunos automovilistas voltearon sorprendidos al ver la escena, transeúntes corrieron abandonando la zona, un cuerpo de mujer caía en seco al concreto de la banqueta, golpeado, moreteado y sangrando de la cabeza, la nariz y la boca. Todos sabrían que las quejas no tenían lugar: la CNDH era cada vez más impotente ante los abusos, la red era monitoreada, las llamadas de denuncia anónimas eran una broma (si podían vigilar internet, hacerlo con el teléfono era cosa de infantes). El acto se consumó sin que alguien tratara de evitarlo.

Al caer la noche, Memo y Gloria llegaron al departamento de Daniel, extasiados por el éxito de su acto. Guillermo sacó un revólver de la bolsa de su sudadera y la puso en la sien de Dani, que estaba sentado en su comedor cenando una sopa instantánea.

- Traemos otro robot, cabrón. Vas a hacer lo mismo que hiciste con el otro o vas a valer madres ¡¿Oíste, pinche nerd?!- Guillermo temblaba ansioso, mientras Gloria reía de forma estúpida. Estaban claramente drogados, un polvo blanco podía verse en las orillas de las fosas nasales de ambos.

- Sí, no hay pedo. Tranquilos. Lo voy a hacer- contestó Daniel sereno y a la vez nervioso.

Alrededor de la 1 de la madrugada, Gloria estaba profundamente dormida en el piso del comedor. Guillermo cabeceaba en una silla del mismo. Daniel no podía dormirse, debía aguantar, sabía que este segundo agente era de mayor categoría que el anterior. Además su ingenio y conocimiento habían ideado una salida a su problema.

Pasadas 6 horas y trabajando a un ritmo increíble, Dani había logrado programar a este robot a su favor. Pero no sólo eso, ahora podría transferir el nuevo código al otro ejemplar por medio del láser, a través de los cristales de ambos. Sin duda, un parche informático único que evitaría que las acciones de Memo y Gloria se convirtieran en un vicio.

-Ahora sí, hijos de la chingada, ya estoy hasta la madre de ustedes- Daniel despertó a un desconcertado Guillermo- Van a traer otros 10 robots iguales a éste último, y van a tener mucho cuidado porque ya están en la lista de las 28 personas más buscadas en este país- Los robots policía estaban detrás de Dani con armas apuntando a la pareja.

-¡Pinche Memo pendejo, ¿Cómo te fuiste a dormir?!- gritó Gloria histérica.


-¡Cállate, estúpida! ¿No ves que nos están apuntando?- Memo trataba de evitar que su novia hiciera cualquier cosa.

    Un robot policía levantó el brazo con el arma en mano. Ésta sonó acomodando la bala en su interior esperando sólo a que el gatillo fuese jalado.

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